viernes, 26 de noviembre de 2010

Los efectos de la información

¿Deberían los periodistas involucrarse más directamente en problemas políticos o sociales, o su responsabilidad es solamente el “informar” como observadores neutrales y objetivos? Pero, ¿acaso no, juegan un papel intervencionista o de mediadores en la resolución de guerras?

A pesar de que las acciones de los medios se mueven por factores culturales, nacionales y sobre todo comerciales, éstos no dejan de tener y de jugar papeles importantes en diferentes etapas de los conflictos. Hay que aceptar como válido que los periodistas están íntimamente involucrados en toda forma de conflicto social. Así existe un consenso entre estudiosos y periodistas de que el conflicto es noticia. Por otro lado también hay que admitir que el conflicto, al ser una parte tan importante de la noticia, se ha convertido también en un producto por el que compiten todas las formas de medios de comunicación. El objetivo es ser los primeros, no el hacer el mejor análisis. Como algunos periodistas han reconocido, con frecuencia no informan la historia correctamente, en el apuro de ser los primeros. Siendo el conflicto-noticia una fuente principal de rivalidad entre los medios, éste tiende a ser no sólo dramatizado o exagerado, sino usado para fines comerciales.

Pensar que los periodistas son “observadores neutrales” es una fuente de discusión continua. Ellos se ven a sí mismos simplemente como relatores neutrales e intérpretes de hechos.
Cuentan los hechos con la mayor objetividad posible asumiendo que su principal responsabilidad es simplemente informar. Pero eso es una idea utópica porque hoy día los periodistas tienen un papel importante en la dinámica de conflictos y su resolución.
La idea del periodista como observador neutral y alguien cuya presencia y profesión no tiene impacto en conflictos o su resolución, ha perdido consistencia pues ahora hacen más que simplemente dar las noticias. Para realizar su trabajo deben examinar y analizar a las partes, investigar los problemas, creando con frecuencia opciones, suponiendo posibles acontecimientos, y estableciendo o destruyendo relaciones entre las partes en conflicto.
Esto ocurre cuando hablan con los diferentes participantes en un conflicto o escriben sobre ellos. Al hacerlo, potencialmente cambian la dinámica del conflicto, y hasta su resultado. Por lo tanto, toda labor periodística es una forma de intervención social.

Los periodistas comienzan analizando el conflicto para determinar quiénes son las partes, cuáles son las motivaciones, qué problemas generan la disputa, y qué resultados son probables o posibles. Finalmente se  inclinan hacia una lado u otro tornado a los actores de la guerra en “buenos” y “malos”. Creando una opinión pública, estableciendo a su opinión cuál es el problema.

El periodista en el conflicto

Fragmento del libro "Territorio comanche" de Arturo Pérez Reverte:
La vida de los corresponsales de guerra está continuamente amenazada. Pueden ser blanco de un francotirador aburrido, tropezar con una granada de mortero, pisar una mina olvidada, encontrarse con una bala que aún no tenía destinatario o reventar haciendo una entrevista. Viven al límite, entre cadáveres y niños agonizantes; junto a ancianos olvidados por todos, pues lo único que se espera de ellos es que informen, que obtengan imágenes, cuanto más cruentas mejor, deprisa, siempre deprisa, para poder llegar a tiempo a los informativos de televisión, para ser los primeros en ofrecer la última ofensiva o la primera batalla..
Pero aun así, mucho de ellos vuelven una y otra vez, moviéndose por todo el globo en una procesión interminable al ritmo en que las guerras se desplazan por la Tierra. Viajeros incansables por tierras arrasadas, por ruinas humeantes, por culturas destruidas en aras de cualquier idea gloriosa.
Para un reportero en una guerra, territorio comanche es el lugar donde el instinto dice que pares el coche y des media vuelta; donde siempre parece a punto de anochecer y caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos, mientras escuchas el ruido de tus pasos sobre los cristales rotos. El suelo de las guerras está siempre cubierto de cristales rotos. Territorio comanche es allí donde los oyes crujir bajo tus botas y aunque no ves a nadie sabes que están ahí mirando. Donde no ves los fusiles pero donde los fusiles sí te ven a ti.

Con esa introducción a la rutina de un corresponsal de guerra pasamos a explicar precisamente a qué se enfrentan estas personas en su trabajo.

Cuando un periodista va a cubrir conflictos necesita una gran formación. Una formación mayor que la de cualquier otro colega de profesión porque su labor va a requerir más conocimientos además de los básicos que todos necesitan para desempeñar su labor informativa. Como afirma Alejandro Pizarroso en su libro Periodismo de Guerra,  «un corresponsal de guerra debe adquirir técnicas específicas que, unidas a la experiencia y la prudencia, eviten, en la medida de lo posible, los indudables y crecientes riesgos que corren». Y esto es así porque, como afirman los autores del libro, “en algunos conflictos recientes han muerto proporcionalmente más periodistas que soldados”.
Los periodistas deben aprender cómo funcionan los ejércitos y sus aparatos de censura para saber cómo obtener información de ellos y no creerse toda la propaganda que les ofrezcan.

La relación del corresponsal con sus compañeros de redacción también es importante porque una mala relación influye negativamente en la información que elabora el corresponsal.
La formación del periodista, tanto del corresponsal como la de sus compañeros, es fundamental. Los conocimientos de geografía, historia, ejércitos y armamento, supervivencia, etc. resultan imprescindibles para cubrir correctamente un conflicto. Esta formación hay que adquirirla antes de ir a una guerra pero es algo que no debe aparcarse sino que tiene que ser continua. Para esto los propios medios facilitan la formación de sus periodistas, como la agencia Reuter, que desde que hizo obligatoria la asistencia a un curso de supervivencia ha visto reducido notablemente el número de corresponsales muertos en conflictos.

Cuando se quiere dar a conocer un conflicto existen dos bandos. Los periodistas y los militares. Los primeros tratan de conocer cómo se mueven éstos y buscan maneras de perfeccionar el control de la información hasta el punto de que han sido censurados por las Fuerzas Armadas y los gobiernos. Y es que la información en una guerra o conflicto vale mucho y por tanto los militares tienen que aprender cómo funcionan los medios de comunicación y los periodistas para encontrar la forma de que no obtengan informaciones que resulten ventajosas para el enemigo o que deterioren su imagen ante la opinión pública.

Los medios utilizados para informar de una guerra son todos los que hay: la radio, la televisión, la prensa e internet. La historia ha dado evidencias de  la importancia que tuvieron y todavía tienen todos ellos porque han sido y son usados tanto por los aparatos de censura de los bandos enfrentados como por los periodistas. Cada medio ha marcado una guerra y una época. Así, la prensa fue el medio en cubrir estos acontecimientos en el siglo XIX. La radio dio sus primeros pasos como arma de guerra y como medio informativo con la Guerra Civil española, aunque el conflicto radiofónico por excelencia fue la Segunda Guerra Mundial. La primera guerra retransmitida por televisión fue la de Vietnam convirtiéndose en un incómodo invitado. Internet, por su parte, ha supuesto un cambio en la forma de elaborar la información y  de difundir la propaganda.

Cada medio aporta un punto de vista diferente de las guerras y conflictos porque al fin y al cabo, el medio es el mensaje. Mientras que la prensa, a falta de elementos tan vistosos como el sonido y las imágenes en movimiento, se ve obligada no sólo informar de lo último que ha pasado sino también a contextualizar a situar al lector, a analizar e investigar, la televisión se contenta con ofrecer imágenes en exclusiva de los desastres de la guerra. Un atentado en X causa la muerte de Y personas. Uno de los titulares más recurrentes y usados por todos los medios que en el caso de la radio suele acompañar declaraciones de testigos, víctimas o personas que juzgan lo ocurrido. Internet, un medio de ahora y el medio del futuro, aborda las guerras desde todos los puntos de vista. El medio más completo formado a partir de lo mejor de los otros y por tanto el sitio más completo del que conseguir información. 

Para concluir esta parte del programa recomendamos el libro que hemos citado anteriormente, Periodismo de guerra, ya que es un libro interesante para quienes estén interesados en las cuestiones teóricas y prácticas relacionadas con el periodismo bélico. Todo periodista que quiera trabajar en un conflicto bélico debería leerlo porque aunque no es un manual de supervivencia para corresponsales, sí es una buena obra para adquirir nociones mínimas además de valer como guía a la hora de buscar más información. Y sobre todo, servirá a todos los periodistas para tomar conciencia de su posición históricamente inferior frente a los militares por la falta de formación, conocimiento y análisis.

Información sobre los informadores

En nuestro primer programa hablamos sobre la cobertura que se hace de los conflictos. Para ello analizamos el proceso que transcurre desde que ocurre algo que es noticia hasta que ésta es publicada en los medios.
Además comentamos los efectos de esa información en las personas que intervienen en las guerras. Pero ese es un tema que abordaremos en un futuro más profundamente.

Empezamos por tanto comentando "De qué noticias se informan, y cómo se abordan".

Como dijo Marshall MacLuhan, uno de los principales teóricos del periodismo del siglo XX, “El medio es el mensaje”.
Ésta es una premisa un tanto difícil de entender pero es algo que se está dando cada vez más en los medios de comunicación, y ya no sólo cuando cubren una guerra. Ahora lo importante es que alguien del medio esté en el conflicto. Esté allí para representar al medio y destacarlo frente a la competencia como si se tratara de una cuestión de publicidad o marketing.
Puede que sea una idea un tanto radical para describir lo que hacen los medios en los conflictos, pero es algo que pasa en la realidad. Y eso es peligroso porque supone una traición a la sociedad a la que se dirige ese medio y también y especialmente es peligroso para el propio corresponsal, sobre todo si trabaja para una televisión. A ellos se les requieren conexiones en directo para los avances informativos, conexiones para contar lo último que está pasando justo donde está ocurriendo. Esto hace que el corresponsal se exponga, que entre en el territorio comanche pues es ahí donde conseguirá las mejores imágenes.
Pero lo más triste de todo es apenas tienen tiempo para recabar información y ordenarla y cotejarla en el propio lugar, de manera que se informa de manera superficial. Entonces una vez se emite por televisión en nuestras casas, el único elemento diferenciador entre esa notica ofrecida por ese medio y otro es el, llamémoslo, decorado.  El medio es el mensaje, quien tiene las mejores imágenes es el que informa. Aunque todos digan lo mismo y casi ninguno diga nada nuevo o diferente.

¿Y de qué se informa? Los titulares siempre parecen ser los mismos en televisión, un atentado con tantas víctimas. Una bomba, un secuestro, una ofensiva, etc. Lo que se cuenta de los conflictos es lo dramático, lo morboso, lo que llama la atención. Así se crea una imagen de esos países que están en guerra caótica. En Bagdad, por ejemplo, después de siete años de guerra con atentados y explosiones diarias la imagen que cualquiera podría tener de la ciudad sería un montón de escombros. Nunca se informó de cómo viven los civiles cuando en su país hay una guerra. No se cuenta cómo funcionan los sistemas de educación o sanidad y por tanto parece que ni siquiera existen. Que los niños no van a la escuela y los heridos no pueden ir a que les curen. Porque eso no le interesa a la audiencia. Nosotros estamos acostumbrados a tener esos servicios y que los tengan en Irak también nos da igual. Sólo le prestamos atención al país cuando algo dramático a pasado.

¿Cómo se informa? ¿Se es imparcial y objetivo? En las guerras a las que estamos acostumbrados a ver, la de Irak por ejemplo, hay parcialidad. La hay porque los lados que se enfrentan, son los aliados (porque forman parte de la OTAN, EE.UU.) y el terrorismo islámico. Algo que nos han vendido como malo, como algo que nosotros, los occidentales nos podemos entender, porque ese fanatismo religioso no somos capaces de concebirlo. Así, teniendo claro las dos partes enfrentadas en el conflicto se nos ofrecen noticias de atentados elaborados y perpetrados por los islamistas. Sin informar de qué era lo que pretendían con ello, como si lo único que quisieran fuera matar a la gente. Por el otro lado cuando muere algún soldado americano lo califican de héroe. Retransmiten como sus compañeros abatidos transportan su féretro y cómo le conceden medallas y horones póstumos al haber sido un soldado ejemplar, que murió por su país en defensa de la libertad.

La guerra es un concepto que el imaginario colectivo entiende como legítimo pero cuya definición tradicional cambió a raíz de los atentados del 11 de septiembre. De este modo, después del 11-S tanto EEUU como los terroristas quisieron hablar de guerra para legitimar sus acciones. Tanto un bando como otro combate por algo. Pero como nuestros intereses se correspondes con los de EEUU los entendemos como los buenos.

Presentación

Desde siempre, la información ha sido un instrumento de poder. Un elemento de manipulación capaz de atraer la atención e influir en la opinión. Tras el poder ejecutivo, legislativo y judicial está el Cuarto Poder, que tiene como objetivo trasladar la información de unos cuantos privilegiados a toda la sociedad.

La de periodista es por eso, una de las profesiones más respetadas. Ya sea para prensa, radio, televisión o medios digitales, el trabajo de un periodista consiste en investigar y transmitir temas de interés público. Para ello deben utilizar fuentes fiables y verificables para respetar siempre la verdad y redactar la información de manera breve, relevante y precisa en el menor tiempo posible cubriendo así las necesidades de la sociedad.

Esas son nuestras premisas.
Tan solo somos estudiantes, pero sabemos valorar el poder de la información. Por eso os acercamos al mundo de las guerras y conflictos armados. Porque es algo que ha estado presente desde que existimos y porque parece ser que va ha seguir durante mucho tiempo. Un tema del que cuanta más información se tenga mejor.

Un saludo desde Globaltropía.